Como este es un
rincón íntimo y muy personal en el que reflexiono, en voz alta, por eso puedes
leerme y puedes leer mis pensamientos, mis imágenes y hasta mis recuerdos sin
tener que pagar un precio de mercado por ello. Porque es mío, escribo lo que me
da la gana y si no te gusta lo que lees, puedes… si te molesta, si te ofende,
si te agrede, cerrar esta página y dejar de seguir leyéndome. Si me sigues
leyendo hacia atrás o hacia adelante, es porque a ti también te da la gana
hacerlo. No me pidas ni explicaciones, ni me exijas resarcimientos. Ni por esta
página, ni por todas las escritas en este rincón de reflexión íntima al que
llamo MafioMamoCracia.
Escribo entre otras
razones, porque me resulta muy terapéutico y además no me cuesta un céntimo
sentarme en el diván.
“Porque es mío” ¡que
palabra más fea!... ¿Mío?... Mío… Tuyo…Suyo… ¡¡¡NUESTRO!!! Esta palabra me
gusta infinitamente mucho más, aún cuando resulta ¡tan difícil de llevar a la
práctica! Lo NUESTRO, lo de TODAS NOSOTRAS.
Hace quince años un
suceso no esperado le dio un vuelco completo a mi vida. Fue el cierre de una
etapa que ya había comenzado apenas cinco años atrás. Me pasó, como sucede a
los gusanos que se convierten en crisálidas y finalmente eclosionan como
mariposas. En mi caso, no te imagines a una mariposa, sino a un elefante marino
emergiendo de una enorme y gigantesca concha. Una separación y divorcio es una
de las etapas transcendentales de la vida de pareja. Yo me quise morir, e
incluso me recuerdo conduciendo por la M40 y pensando que si me empotraba
contra el enorme pilar de uno de los puentes a 160 kilómetros por hora, más no
daba de sí mi coche, se acabaría el sufrimiento, punto y final. Por la cabeza a
lo largo de la vida se te pasan eones de miríadas de millones de ideas. En
realidad la cabeza es una chicharra chillona encasquillada en un “On”
permanente y sólo si la cortas con una enorme cuchilla, con forma de guillotina,
se calla.
Ahora mismo en este
país hay varios cientos de miles de cabezas, que bien pudiéramos callar para
siempre. Viviríamos una vida más serena, apacible, humana y quién sabe... tal
vez en algún siglo futuro, de haberlo, incluso AUTOGESTIONARIA. Sin tant@s
parásit@s suelt@s chupándonos la vida.
Hace quince años que
en mi vida comenzó un nuevo periodo, un nuevo ciclo vital, gracias a que hay
ideas que se te pasan por la cabeza, que nunca las pones en práctica, tales
como comprobar la resistencia al impacto súbito, entre un coche y un pilar de
autovía.
Una vida serena y
apacible. ¿Quién me ha robado el mes de Abril? Canta Sabina. ¿Quién me ha
robado la vida serena y apacible? Hasta finales del 2010, aún cuando apenas si
puede encontrar trabajos esporádicos de un día, conservaba una serenidad
interna, que probablemente precedía de haber soltado lastres… lastres… lastres
y piedras cargadas a la espalda.
Necesito al menos de
vez en cuando “abrazarme a los árboles” ¿Lo has probado? Caminar descalzo sobre
la hierba ¿Lo has probado? Sentarme en un banco durante horas en un silencio
compartido y acompañado por las personas que vienen y van, los coches
circulando ¿Lo has probado? Subirme a la montaña, sentarme junto al mar,
meditar bajo la luna llena, bañarme desnudo, escuchar una gaita, preguntar en
un mercado si alguien ha encontrado la muleta de una señora mayor que acababa
de dejársela, no sabía dónde, justo antes de pagar en la caja, sin hacer uso de
la megafonía y comprobar que todo el mundo prestaba atención, tomarme unas cervezas
y copas con amigas y amigos, las risas, los recuerdos compartidos.
¿Quién nos ha robado la
paz y serenidad de la vida? Me contaban hace unos días el escándalo producido
en un instituto, de esos que están siendo abandonados a su suerte, una suerte
de miseria y herrumbre que siempre acompaña a l@s despojad@s y saquead@s del
planeta, escándalo protagonizado por una o uno de los alumnos que al ser
preguntado por el número de las estaciones del año, no supo dar la respuesta.
Yo creo que hubiera respondido “dos: verano e invierno o sencillamente, mucho
frio o mucho calor”.
Lunes nueve de
diciembre de 2013 “Una niña de tres años ha muerto calcinada
a causa de un incendio que se ha producido en el interior de su casa
en Balaguer – Noguera… El incendio se habría originado por una chispa de
una estufa de leña que calentaba la habitación en la que dormía una familia
compuesta por los padres y seis hijos, al alcanzar varios colchones…La familia
dormía en el primer piso junto a la estufa por las bajas temperaturas.”
Leo esta noticia en un periódico digital y me pregunto ¿Quién nos ha robado la
paz y serenidad de la vida? ¿QUIENES NOS ESTÁN ROBANDO LA MISMA VIDA?
Y me pregunto ¿Por
qué no ha sido DEVORADO POR EL FUEGO Iván nacido el 11 de Noviembre de 2011,
hijo de Soraya Sáenz de Santamaría y de José Iván Rosa Vallejo, siendo la primera
una Madrina de la Mafia Genovesa y el segundo, el tipo que de momento, le
calienta la cama… cómoda cama, de una seguramente más que lujosa y caliente
casa, donde las facturas de la confortable calefacción son sobrada y
puntualmente atendidas? ¿¡¡¡POR QUÉ!!!?
¿Cuántas personas se
han SUICIDADO a fecha de hoy, como consecuencia del SAQUEO, ROBO, DESPRECIO POR
LA VIDA, de estos DEFENSORES A ULTRANZA CONTRA EL ABORTO. Pienso en fetos…
Pienso en Fétidos… Pienso en el olor que desprenden los estercoleros, las
cloacas, las PALABRAS… LAS BOCAS…LAS DECISIONES…LAS COACCIONES…LAS REPRESIONES…LOS
ASESINATOS DE EST@S CABRONES, ¡¡¡QUE SÍ… QUE NO TE QUEPA NINGUNA DUDA…QUE
DEBIERON REVENTAR EN LOS VIENTRES PRIVATIZADOS DE SUS PUÑETERAS MADRES!!!
“Puñetas: Adorno de
bordados y puntillas que se pone en la parte que rodea la muñeca en la manga de
una toga: las togas de los jueces llevan puñetas blancas.” "¿Abogado?...
¡¡¡Abogadooo!!! ¿estas ahí?... ¡¡¡Abogadoo!!!. Sal ratita quiero verte la
colita! – Del Cabo del Miedo” ¿¿¿Cómo hacer para que estos a est@s FASCISTAS GENOCIDAS,
el CORAZÓN SE LE HIELE DE MIEDO???... ¿¿¿CÓMO HACER???... ¿¿¿CÓMO HACER???...
¿CÓMO HACER???
Es MARAVILLOSO cuando
puedes VIVIR en PAZ, SENTIR la SERENIDAD en tu CORAZÓN, en tus PENSAMIENTOS.
Recuerdo una mañana poco antes de salir el sol, acababa de iniciar la marcha
del tercer o tal vez cuarto día antes de llegar a Finisterra. No me importaban
las tendinitis, ni las ampollas en los pies, tras cuarenta y cuatro días de
caminos desde que inicié estos en Roncesvalles. Paré en un viejo puente para
escuchar los latidos de la pacha mama y embriagarme con ellos, con la salida
del sol, con los guiños parpadeantes que me regalaban las piedras del
riachuelo, las hojas de rojos, anaranjados y amarillentos colores, caídas sobre
la tierra y el musgo, dibujando un esbozo del frío invierno. Verano e Invierno…
Nos han robado hasta las estaciones. ¿O acaso no nos las hemos robado entre
TOD@S?
Hoy por hoy no puedo
vivir en PAZ, no puedo vivir en SERENIDAD. Este salto al pasado en el tiempo, a
un pasado lejano y remoto, para la mayoría de NOSOTRAS, de nuestra infame
memoria olvidadiza, que en buena razón y sentido de la justicia, no poc@s
personas se han empeñado afortunadamente en reivindicar, en colocárnoslo de
frente, señalándonos con el dedo, con sus miradas pacientes, persistentes, infatigables,
inquebrantables apuntando al FARO DE LA MEMORIA HISTÓRICA. La que los hijos y
los nietos de los viejos FASCISTAS, FALANGISTAS Y OPORTUNISTAS DE ESTRAPERLOS,
nos están imponiendo como una fosa abierta en las cunetas, para enterrarnos
anónimamente, esta vez sin tiros en la nuca. Matándonos más lentamente, reptando
entre las PRIVATIZACIONES de nuestros LEGÍTIMOS DERECHOS INALIENABLES,
INDIVISIBLES, INVIOLABLES... Reptando ente nuestras vidas, con sus mordeduras
de VÍBORAS, ya sin sus máscaras, con el absoluto CINISMO que impregna cada
célula de sus cuerpos, cada eslabón de su ADN.
Son las 04:15 horas
de la madrugada del miércoles 11 de Diciembre de ¿1.923?... ¿1.940?