miércoles, 11 de diciembre de 2013

Una sencilla cuestión de Sumas y Restas

A mí que de vez en cuando me da por pensar, (no lo practico muy a menudo, porque  agota mucho más que el sexo en grupo). En una de esas, que me dio por pensar, llegué a una conclusión, que no sé si es acertada o una gilipollez más de las que se me pasan por la cabeza con promiscua frecuencia.

Es muy probable que dada la esencia del Capital, fundamentada en su “Acumulación Exponencial de Riquezas en muy Pocas Manos” las lógicas de “Unidad de Proyectos y Unidad de Acción” se produzcan de una forma más cohesionada y eficaz en la consecución final de sus objetivos.  Aun cuando incluso entre los tiburones, el tiburón grande, se come al tiburón chico.

Por el contrario, dadas esas peculiaridades que nos caracterizan a los Seres Humanos y entre cuyos rasgos, figura a modo de ejemplo que “dos personas que viven juntas, e incluso comparten la misma cama, lleguen al punto crítico de no soportarse mutuamente” ¿Imaginaros cuando se trata de una multitud? (Sin necesidad de compartir tod@s la misma cama… ¡¡¡Pedazo cama tendría que ser!!!) Encontrándonos en este punto de la ecuación, el de las multitudes de personas que pretendemos vivir como seres sociales, cada un@ de nosotr@s con nuestras peculiaridades y por lo tanto, también con nuestros imaginarios y visualizaciones de ¿Cómo construir ese proyecto de Vida Social Colectiva? Presenta incuestionables tensiones y discrepancias, que se manifiestan con la imposibilidad  de tener una “Unidad de Proyectos”. Lo que no necesariamente ha de llevarnos a la funesta conclusión, de que tampoco podemos activar, al menos puntualmente, una “Unidad de Acción Colectiva o de Acciones Colectivas sostenidas durante un periodo de tiempo”. Tal y como tenemos por costumbre cuando en un arrebato, compartimos cama, ducha y papel higiénico, con otra persona, durante un tiempo “X”. Y he puesto la “X” porque es la primera de las razones, por la que compartimos la cama con otra persona y algún@s entendid@s dicen, que también es la primera razón por la que dejamos de hacerlo.

¿En relación al logro final de objetivos alcanzados social y colectivamente, de forma eficaz y cohesionada? Tenemos por costumbre deprimirnos mucho tod@s. Aquí las respuestas no aciertan a concretarse, no pueden, no deben, e incluso diría que las propiedades de la física cuántica y sus probabilidades, son la reina del baile y de nuestras pesadillas.

¿Es posible darle una patada definitiva al Capital y su obstinada tozudez de acumularse en unas pocas manos? No sólo es posible, sino ¡¡¡IMPRESCINDIBLE!!! Y  ¡¡¡FUNDAMENTAL PARA LA VIDA DE TOD@S!!!

Hay varias cuestiones fundamentales en la que no nos ponemos de acuerdo y ya nos vale, dada la experiencia acumulada y los procesos transitados. Pero repetimos una y otra vez… una y otra vez, los mismos procesos y patrones evidentemente fracasados y agotados. Y por ahí nos van ganando la partida.

Dicen que la realidad es muy compleja y el descomplegizador que la descomplegice, buen descomplegizador será. Yo no estoy de acuerdo.

Es una cuestión muy sencilla, de pequeñas sumas y restas. Todo lo que tendríamos que haber aprendido sobre estas cuestiones, hoy una niña de ocho años podría darnos lecciones con sopas y hondas.

Al valor de uso le Sumamos el valor del Apoyo Mutuo y la Solidaridad bien entendida.

Restamos de la ecuación el valor de Cambio, eso que en las tiendas va escrito en una etiqueta donde pone “Precio”.

A nuestra forma de decidir sobre las cuestiones que afectan a nuestra vida, hacemos como dice un eslogan de la comunidad en la que vivo “La Suma de Tod@s” ¡¡¡SIEMPRE!!!

Esto nos lleva a un planteamiento muy sencillo. Sumamos la Horizontalidad y Restamos la Jerarquía y la Verticalidad.

Al trabajo productivo le Sumamos todas las personas en edad de producir conforme a sus habilidades, capacidades, edad,  salud… y le Restamos todos los Especuladores, Amos y Patrones.

Sumamos las múltiples y variadas miradas de las Mujeres.

Restamos el Patriarcado.

Sumamos la mirada de la Otredad.

Restamos nuestro Ego.

Sumamos bosques, ríos, islas y mares dejados en las buenas manos, de quienes en ellos vivieron desde siempre.

Restamos la Explotación y la Colonización en todas las formas que se ha manifestado, mutado y permutado.  
Como l@s adult@s entre l@s que me encuentro, cada día me inspiran menos confianza, tan poca, que ya no me quedan muchas reservas de ella y esto me deprime mucho. Y me consta que las niñas de ocho años saben sumar y restar, salvo aquellas que han sido Restadas y Excluidas y también me consta que son muchas. Les preguntaría primero a ellas ¿Qué cosas Sumarían y que cosas Restarían a la Vida? Después le preguntaría a los niños, porque como he señalado, hay que Restar toda forma de Exclusión de la Otredad cuya mirada siempre debemos Sumar.

Soy muy consciente que me dejo muchas otras Sumas como la Autogestión y Restas como las Armas y las Guerras. Que en mi vida, tengo que Restar muchos Prejuicios de los que me he ido llenando y que cuando menos me lo espero, aparecen como fantasmas perturbadores  y espíritus burlones.

No confío en el criterio de los que me dicen que la Realidad es muy Compleja. Simplemente pienso que perdieron la mirada de una niña o un niño de ocho años, que aprendió sobre las Sumas y las Restas.


Tampoco soy diferente de los que tienen criterios tan complejos para ver la Realidad y la Vida. La Vida me la he complicado muchas veces.